La detección temprana de la hepatitis C es clave para salvar vidas. Si la enfermedad se diagnostica a tiempo, se puede curar.
Existen dos etapas en la detección de la infección de la hepatitis C:
La detección temprana de la hepatitis C es clave para salvar vidas. Si la enfermedad se diagnostica a tiempo, se puede curar.
Existen dos etapas en la detección de la infección de la hepatitis C:
Cuando una persona se infecta con el virus de la hepatitis C, su sistema inmune reacciona y genera anticuerpos con los que enfrentar la infección. La prueba de sangre detecta esos anticuerpos que solo tienen las personas infectadas con el virus. No hace falta que el médico la indique y los resultados se obtienen en menos de 24 horas.
En ocasiones, esos anticuerpos vencen al virus y lo eliminan, pero los anticuerpos quedan. En otros casos, el virus los vence y se va expandiendo. Entonces, para saber si existe o no el virus, los pacientes con resultados positivos necesitan realizarse una segunda prueba.
Si esta segunda prueba sale positiva, es decir, se detecta que el virus sigue en el cuerpo, entonces se recomienda iniciar el tratamiento.
Actualmente, no existe una vacuna que evite el contagio del virus de la hepatitis C, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto algunas acciones para evitar la transmisión: