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La hepatitis C

La hepatitis C se cura en más del 95% de los casos
¿Qué es la hepatitis C?

La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por un virus que tiene el mismo nombre y hoy día es una enfermedad que se puede curar en más del 95% de los casos.

En el 95% de los casos, las personas que padecen de hepatitis C pueden curarse. Cuando la enfermedad es detectada a tiempo, se  puede curar sin mayores complicaciones. No detectar el virus a tiempo puede derivar en cirrosis, e incluso, en cáncer de hígado.

Síntomas

Aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas y la persona infectada no sabe que está enferma.

Aún con la presencia del virus, el hígado continúa su funcionamiento regular en la fase inicial de la enfermedad. Su capacidad de auto regeneración es grande y pueden pasar años hasta que empiece a debilitarse.

Cuando la hepatitis C se hace presente, la persona afectada puede presentar los siguientes síntomas:

Fiebre

Sangrado y hematomas con facilidad

Poco apetito

Fatiga

Náuseas y vómitos

Acumulación de líquido en el abdomen

Coloración amarillenta de la piel y los ojos

Orinas oscuras

Heces claras

Somnolencia

Hinchazón de las piernas

Pérdida de peso

Contagio

La hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre infectada. Algunos de los escenarios más comunes son:

A través de transfusiones de sangre y de productos sanguíneos sin analizar, especialmente si se recibieron antes de 1992, cuando no se hacía la prueba del virus de la hepatitis C a los donantes.

Por esterilización inadecuada de instrumentos médicos, o que no hayan seguido las indicaciones del Ministerio de Salud para el cuidado de dichos instrumentos.

Compartiendo utensilios de aseo personal, como rasuradoras, o al realizarse piercings o tatuajes con instrumentos mal esterilizados.

En el caso de adicciones, por compartir agujas infectadas.

Aunque no es muy común, al sostener relaciones sexuales, de cualquier tipo, con personas infectadas.

Mitos comunes sobre la hepatitis C

Hoy en día, tenemos más acceso a información que nunca y, sin embargo, la desinformación está a la orden del día.

Cuando hablamos de enfermedades, la saturación de información en ocasiones provoca confusión y contradicciones, debido a las múltiples opiniones y referencias que aparecen en la web. En el caso de la hepatitis C, muchas personas aún desconocen que pueden ser portadoras del virus o cuáles son los riesgo de contagio.

Mitos

La hepatitis C no se cura

Realidades

La hepatitis C se cura

Las principales causas de contagio de la hepatitis C son las relaciones sexuales sin protección.

La hepatitis C se contagia a través de sangre infectada. Los casos más comunes son mediante el contacto instrumental médico infectado, transfusiones sanguíneas, piercings, tatuajes, manicura, y otros procedimientos hechos con instrumentos mal desinfectados, el abuso de drogas intravenosas al compartir una aguja, y en ocasiones, por vía sexual.

Si la persona no tiene síntomas, no es necesario que se realice la prueba.

El 80% de las personas que pueden estar padeciendo la enfermedad no manifiesta síntomas durante la infección inicial. Estos pueden presentarse hasta 20 o 30 años después del momento del contagio.

La prueba para detectar la hepatitis C debe ser prescrita por un médico.

La prueba de la hepatitis C se puede realizar en cualquier laboratorio sin necesidad de prescripción médica.

El tratamiento para la hepatitis C reconstruye los daños ocasionados al hígado.

El principal objetivo del tratamiento es eliminar el virus del cuerpo, por lo que los medicamentos curan la hepatitis C, no los daños que esta pueda ocasionar al hígado.

El tratamiento para eliminar el virus produce efectos secundarios.

Gracias a la investigación farmacéutica ya hoy contamos con un tratamiento simple y completo de vía oral, con tasas de curación de más del 95%, con pocos efectos secundarios y con una tasa de tolerancia muy alta para el paciente.